domingo, 7 de agosto de 2011

AWOSES EN CUBA

Los babalawos en Cuba-
El primer babalawo que hubo en Cuba fue Addeshina (Obbara Meyi), este nació en Africa Occidental a principios de los 1800, otros Yorubas compraron su libertad ya que reconocieron su rango de rey, Addeshina significa "Corona abre-camino". Se dice que Addeshina logró tragarse
los ikines antes que lo capturaran y los defecó en el barco.

Unos años despues de el llego otro babalawo conocido como Ño Carlos Addebí (Ojuani Bocá) que logró su libertad en camaguey gracias a que la apostó a su amo a que le adivinaba a los amigos de su amo y estos quedaron sorprendidos. Lo hizo con el primero okpele que existió en Cuba hecho con una soga de majagua y con cascaras de naranja secas.

Addeshina y Addebi se encontraron luego en la Habana, en Guanabacoa. Addeshina le hizo ifá a solo dos personas, una se fue para estados unidos y no se conoce su nombre y el otro fue Bernardo Rojas (Irete Tendi). Bernardo cuidó a Addeshina hasta su muerte, y junto a el aprendio todo lo de ifá.

De Bernardo Rojas surge la rama mas grande de babalawos de Cuba. Bernardo fue el que mas ahijados consagró. El otro gran pilar fue la rama de Taita Gaitán (Oggunda fun), nacido en matanzas, su padrino fue otro babalawo traido como esclavo llamado Lugery (Oyekun Meyi) que regresó a Nigeria y allá murió, pero antes de irse mandó a Taita Gaitán con su hermano de consagracion que estaba en Matanzas, llamado Ño Cárdenas, que nunca consagró a nadie pero le
enseñó todo a Taita Gaitán. Y otra rama famosa fue la de Asunción Villalonga.

El primero criollo que se hizo Ifá en Cuba se llamó Cornelio Vidal y de el surge otra rama.

Todas estas ramas al final se cruzaron una con otras. Nuestros mayores en ifa en Cuba son Addeshina (Obbara meyi), Addebí (Ojuani Bocá), Bernabé Menocal, Babel Babá Ejiogbe (Ifá Lolá), Taita Gaitán (Oggunda fun), Bernardo Rojas (Irete Tendi), Cornelio Vidal, Asuncion Villalonga, Guillermo Castro, Alfredo Rivero, Joaquin Salazar (Osá Forbeyo), Ramon Febles (Ogbe tua), Panchito Febles (Otura Niko), Miguel Febles, Sevilla Baró (Oshe Yekun), el Chino Poey (Oshe Paure), Felix el Negro (Osa Rete) y Andres Bombalier (Oggunda Biode) .

BABALAWO


Babalawo-
Babalawo, Awo o Babalao es el titulo Yoruba que denota a los Sacerdotes de Orunmila u Orula. El Orisha de la sabiduría que opera a través del sistema adivinatorio de Ifá. Orunmila es conocedor del pasado, el presente y el futuro.

El Babalawo como sacerdote de Ifá, puede predecir el futuro y como manejarlo a través de su comunicación con Orunmila. Esto se hace consultando Ifá a través de la cadena de adivinación llamada Okpele, o semillas sagradas llamadas ikin sobre el tablero de adivinación de Ifá.

En la Santería o Religión Lukumí, el Babalawo o "padre de los secretos", o Awo, es reconocido como clérigo y actua como tal en la comunidad. Un Awo es el consultor espiritual para los clientes y aquellos que deben ser asistidos para conocer a su Orisha tutelar e iniciarse en la tradición espiritual de los Orishas.

ORDUNS DE IFA

Oddu Ifá-
Existen 16 Oddus mayores, que al combinarse dan un total de 256 Oddus que gobiernan sobre todas las situaciones, circunstancias y las acciones y consecuencias en la vida. Estas forman las bases del conocimiento espiritual Yoruba y son el cimiento de todos los sistemas de adivinación Yorubas.

El babalawo recita una serie de proverbios e historias o patakines del corpus de Ifá que vienen con el Oddu. Ifá combina un gran corpus literario, con un sistema para seleccionar el pasaje apropiado de este. Este sistema se ha pasado de forma oral a través de las generaciones. Otros sistemas de adivinación, como el I Ching chino guardan una resemblanza con Ifá, aunque su complejidad es menor, por lo que se cree que se derivaron de este.

ADIVINAION POR IFA


La adivinación por Ifá-
El proceso de adivinación por Ifá en la Santería o Religión Yoruba necesita de instrumentos especiales para asistir en la adivinación a transcribir la sabiduría de Orunmila a través del babalawo. Los utensilios utilizados para la adivinación incluyen.

Un grupo de 16 ikines, conocidos como semillas de kola, que son utilizados para crear los datos binarios.

El Okpele.

Un grupo de 16 ikines, conocidos como semillas de kola, que son utilizados para crear los datos binarios.
Un receptáculo para las semillas.
El tablero de adivinación (opon Ifá).
El iroke Ifá.
El cinturón de cuentas que usa el babalawo.
El proceso de adivinación mas sencillo solo necesita del okpele, cadena que cuenta con 8 cortezas que de acuerdo a como caigan darán el oddu de Ifá. Para adivinaciones de mas envergadura se utilizan el opón y el iroke, fundamentales en la adivinación de Ifá, un rito central dentro de la Religión Yoruba. El tablero, que puede estar adornado con imagenes talladas, se espolvorea, y sirve como una plantilla donde los signos sagrados (oddus) relacionados a lo concerniente a la persona que se está mirando, son trazados como el punto de partida para el analisis. En contraste con esos signos transitorios, el telon de fondo permanente de los motivos tallados en el tablero y en el iruke constituyen la exegesis artística de las fuerzas que dan forma a la experiencia humana y las necesidades universales llenadas para aquellos que buscan la iluminación.

Para iniciar el ritual, el babalawo pone el tablero en frente de el y tabletea ritmicamente sobre el, con la punta de su iroke, invocando la presencia de los pasados adivinadores de Ifa, llamando a Orunmila, el Orisha de la adivinación.

Hay muchas semillas o ikines pero solo algunos tipos específicos pueden ser utilizados para la adivinación de Ifá. Las semillas se agrupan en una mano, entonces el adivinador tratará de pasarlas todas hacia su otra mano a la misma ves, y cuenta las semillas que se les quedaron en la otra mano, esperando que sean una o dos semillas, mientras dura este proceso, el adivinador hace marcas simples o dobles in en polvo que se encuentra sobre el tablero, hasta que haya creado uno de los 256 oddus que existen.

Cada uno de estos oddus está relacionado con un grupo de versos llamados Eses, relacionados con la mitología Yoruba, y que sirven para el proceso de adivinación. Estos versos representan miles de años de observación y están llenos de predicciones, prescripciones mundanas y espirituales para resolver situaciones que aparecen en el oddu.

Despues de obtener el oddu que gobierna la situación o evento, entonces el babalawo determina si el oddu viene con Iré (que puede ser descrito pobremente como buena suerte, aunque significa más) y Osobbo (que son impedimentos u obstáculos para lograr el objetivo). despues de este proceso el adivinador determinará las ofrendas necesarias, espirituales, disciplinarias y de comportamiento que se deben realizar por la persona que recibe el consejo adivinatorio (ebbó).

QUIEN ES ORULA..


Orunla u Orunmila-
Orula, Orunla u Orunmila es el Orisha de la sabiduría y el destino. Como los demas Orishas, Orunmila existió antes que el hombre y fue el unico Orisha que fue testigo de la creación, es por ello que Orunmila conoce el destino de cada hombre, mujer o niño. Orunmila es la deidad menor de todas las creadas por Oloddumare antes de la creación de la tierra. Es por ello que Orunmila es la manifestación final de la virtud que cada hombre debe seguir. Orunmila era llamado a la tierra siempre que el hombre estaba en una encrucijada, momentos dificiles de grandes decisiones que podían afectar el resto de sus vidas. Eshu, el Orisha de las encrucijadas, estaba ahi, para siempre al lado de Orunmila, asistirlo en esos momentos.

Fue tantas las veces que Orunmila fue llamado para beneficio de la humanidad, que su trabajo se volvió demasiado. Es por ello que Oloddumare le dió a Orunmila un medio para comunicarse y revelarle a cada uno su destino. Este medio es Ifá. Ifá es el corpus de Orunmila y también es Orunmila. Ifá es un corpus literario que contiene todos los destinos del hombre, asi como sus logros y transgresiones. Solo los sacerdotes de Orunmila, llamados babalawos o awos, tienen la autoridad para hablar por Orunmila. Orunmila juró servir al hombre en espíritu con su infinita sabiduría y los babalawos mantienen sus los mismos secretos de la creación y del destino del hombre, que Orunmila les dió por medio de Ifá.

Orunmila representa el poder de la sabiduría para vencer a la desafortuna. Representa el poder de la adivinación para analizar el pasado, revelar el presente y predecir el futuro. Es el poder del sacrificio para lograr algo que en otro caso podría parecer imposible.

PATAKI DE IFA

PATAKI DE ORULA
Obbatalá vivía con su mujer Yemmú y sus hijos Elegguá, Oggún, Ozun, y Ochossi. También tenían a Dadá, pero ésta no vivía con ellos.

Obbatalá salía todos los días a trabajar por el mundo dejando a sus hijos en casa, y cuando regresaba, Ozun era el que tenía que decirle lo que había sucedido en ese transcurso de tiempo. Oggún era el que más trabajaba y por ello era muy mimado y todos tenían que obedecerle; mas éste tenía intenciones deshonestas con su madre, y quiso muchas veces obligarla; pero Elegguá que siempre estaba vigilando se lo dijo a Ozun quien llamó la atención a Oggún.
Conociendo quién había contado lo indigno a Ozun, buscó tragedia y echó a Elegguá de la casa, pero éste se quedó en la esquina, mientras Oggún preparaba ricas comidas que le daba a Ozun para entretenerlo. Todos los días, Oggún a una misma hora, cerraba la puerta, y como Ozun se entretenía comiendo, no veía nada.

Un día Elegguá esperó a Obbatalá y le dijo:

-Papá, yo tengo algo que decirle, hace muchos días que no como.

-¿Por qué? -preguntó Obbatalá.

-Porque Oggún me echó de la casa -le respondió.

-¿Y por qué? -volvió a interrogar Obbatalá.

-Porque Oggún no quiere que yo vea lo malo que él está haciendo.

-¿Y cómo Ozun no me ha dicho nada?

-Porque Oggún le da mucha comida y éste se queda dormido.

-Imposible que Ozun se quede dormido, Ozun no puede acostarse y mucho menos quedarse dormido.

-Bueno papá, usted no diga nada y mañana como de costumbre, sale para su trabajo y regresa para que con sus propios ojos lo vea.

Al siguiente día, Obbatalá salió para su trabajo como de costumbre, pero se escondió detrás de unos matorrales cuando vio a Ozun acostarse y quedarse dormido al instante, y a Oggún cuando cerró la puerta. Poco a poco, apoyado en un bastón de mangle porque le faltaban las fuerzas, se acercó a la puerta, llamando con el callado del bastón. Oggún, al abrirla, encontró que Obbatalá tenía la mano levantada para maldecidlo y adelantándose le dijo:

-Papá, no hable, no me eches maldición, yo mismo me voy a maldecir y mi maldición será que mientras el Mundo sea mundo, yo Oggún Aguanillé, de día y de noche trabajaré sin descanso para sostenerme.

-¡Oché! (Así sea)- dijo Obbatalá entrando en la casa; y llamando a su mujer Oggún respondió:

-No papá, mamá es inocente, no la culpes.

-Tu no puedes vivir dentro de esta casa -dijo a Oggún y llamando a Ozun le recriminó:

-Yo confiando en ti, y tu por la comida te has vendido; desde ahora Elegguá estará de guardiero, y si Elegguá no come, nadie comerá en mi casa.

-Tu, Elegguá, no pasarás más hambre; en esa puerta para entrar y salir, primero hay que contar contigo; lo bueno y lo malo tú eres quien lo dejará entrar o salir.

-A ti mujer, no voy a maldecirte; pero te digo que cualquier hijo varón que tengamos, yo Obbatalá, lo mataré.

Oggún se fue de la casa y entonces se hizo Oggún Alawedé. Empezó a trabajar en una herrería, y por eso es que se le llama alawedé, herrero. Pasó el tiempo y nació Orula; Obbatalá lo coge sin decir una palabra, se lo lleva lejos de allí, pero Elegguá lo sigue. Llega bajo un árbol de ceiba, abre un hoyo y entierra a Orúnmila hasta más arriba de la cintura. Elegguá que ve todo eso se lo cuenta a su madre, quién a escondidas le mandaba con comida todos los días para Orunla.

Un tiempo después nació Changó, era un niño muy bonito y hermoso. Obbatalá lo cogió entre sus manos, se compadece de él y no quiere hacerle daño; entonces piensa que Dadá, su hija mayor, podía cuidarle ya que vivían separados y así no viéndole no podía hacerle daño porque se había encantado con él.

Pasaron los primeros años y un día Dadá quiso que Changó viera a sus padres. Lo vistió con un traje muy limpio y se lo llevó a Obbatalá. Cuando éste le vio se puso muy contento; más su madre estaba triste porque se acordaba de Orula.

Changó estaba vestido todo de rojo, Obbatalá se lo sentó en las piernas y éste le preguntó por qué su mamá lloraba.

-Yo te lo diré con calma, hijo mío.- Y le dijo a Dadá:

-Quiero que me lo traigas todos los días -y así lo hizo Dadá. De ahí nace el canto de Changó: “Achá guó guó”, que dice que siendo pequeño Obbatalá le contaba toda su vida.

Dadá traía a Changó junto a Obbatalá y éste le contaba día a día lo que Oggún había hecho. Así creció con odio y rencor hacia Oggún. Ya hecho un hombre, Changó tenía muy mal genio, siempre estaba peleando, pero como no tenía armas se fue a ver a su padrino Osain y éste le dio un güiro.

Pasado un tiempo, Obbatalá estaba cada vez más desmemoriado y no acertaba en nada que pudiera aliviar la situación de todos, y aunque la mujer comprendía de donde venía el mal, no decía nada. Changó, viendo la mala situación de Obbatalá y queriendo sacar a Orúnmila de su cautiverio involuntario, se puso a hablar mientras que Obbatalá en silencio le contemplaba y meditaba sobre los trabajos que él estaba pasando sin poder remediarlo.

Elegguá y Changó se querían mucho y se comprendía el uno al otro de lo mejor. Elegguá le hizo una señal a Changó para que acabara de exponerle a su padre lo que le estaba sucediendo. Recordemos que Elegguá desenterró a Orula salvándolo de la muerte, y cuidó a espaldas de Obbatalá, hasta hacerlo un hombre y darle el secreto a Changó. Aprovechando la meditación de Obbatalá, le dijo:

-Papá, yo siempre he tenido buena aceptación de usted; cada vez que le he dicho algo usted ha comprobado que he estado en lo justo y ha salido adelante.

-Es verdad, hijo mío -respondió Obbatalá.

-Usted, antes de yo nacer -siguió diciendo Changó- juró no criar varones y nació Orúnmila, y usted lo enterró...

-¿Y eso qué tiene que ver? -interrumpió Obbatalá.

-Espere Papá -continuó Changó-, después de Orula nací yo y aún me tiene ante su presencia; usted sabe que Olofi lo sabe todo, y como todos los varones somos iguales ante Él, no tiene de particular que esa sea la causa de todos estos trastornos por los que estamos pasando.

-Hijo mío, nada ya puedo hacer, él está en manos de Olofi...

-Tal vez no, Papá -continuó Changó-, como usted es tan bueno, quizás Olofi haya tenido compasión...

-Papá, yo creo que Orúmla vive -interrumpió Elegguá.

-¿Y cómo tú lo sabes? -interrogó Obbatalá.

-Porque un día al cruzar por donde hay un árbol de ceiba, vi un hombre enterrado hasta más arriba de la cintura, me compadecí de él, y desde ese día me dediqué a llevarle comida a diario; y como vi que Changó dijo de enterrado, pienso que ese hombre sea Orula...

-¡Es verdad!. ¡Ese es Orula! -sentenció Obbatalá.

-Pues Orula, es quien puede salvar la situación -concluyó Changó.- Él tiene la virtud de Olofi y puede decirle cómo arreglarlo todo.

-Está bien, hijos, iré donde Orula.

Preparándose, partió. Como no estaba bien de la memoria, no recordaba el camino, pero Elegguá se le aparecía en todas las encrucijadas, disfrazado, para guiarlo, y cada vez que Obbatalá era atendido, le pagaba con comidas. Al fin llegó donde estaba Orula, que sabiendo de la visita de su padre, estaba en el hueco abierto en la tierra.